Una princesa valiente se enamora de una estrella del alto cielo. Con una enorme tijera y una lancha de motor, sale a buscarla. Pero Margarita ha olvidado algo importante: el consentimiento de su padre. El clásico poema del nicaragüense Rubén Darío se complementa con finas ilustraciones que muestran los paisajes nocturnos de la costa caribeña.
Rubén Darío
Ilustraciones de Monika Doppert